20 de marzo
Lo sentí venir. Como en las películas de suspenso cuando vemos al personaje de espaldas y creemos que lo van a degollar. Hay tensión, hay música que eleva la adrenalina, nos tapamos los ojos para evitar el sobresalto… y la escena cambia, quedamos con el corazón en la garganta pero el inminente degollado sigue vivo, aún así, sabemos que algo le sucederá. Lo sentí venir.
Para mi desgracia hace unos días encontré un mapa del Covid 19 en tiempo real. Me obsesioné. Antes de ver el sol ya sabía cuántos casos había en cada país. Lejos de China, lejos de Europa sentía que no me iba a tocar a mí. Seguí haciendo planes: viajaría a Colombia a exponer Me Largo a Volver Conmigo en la feria del libro, iríamos de paseo con mi familia a los Llanos Orientales, desde Bogotá tomaría un vuelo para conocer Río de Janeiro o Nueva York, y regresaría a México a seguir trabajando en la galería fotográfica de un mega hotel. Entraría al gimnasio, Re pagaría en dos meses el crédito de su nueva cámara, compraríamos tal vez un nuevo colchón y a final de año por fin nos iríamos a conocer Asia.
Entonces llegó el fantasma, ese que en la película se siente pero no se ve. Un día cancelaron La Feria del Libro, una semana después los aviones dejaron de surcar el cielo, restringieron la entrada a Colombia y los puntos rojos sobre el mapa en tiempo real comenzaron a invadir América. Me obsesioné más. Me respiraba el porcentaje ascendente de contagiados y descendente de huéspedes en el hotel donde trabajo (trabajaba). «El mundo no se puede detener» pensé.
Ayer estaba viendo una serie ridícula en la noche, de esas que se ponen para tarar al cerebro y que no de remordimiento dormirse. Mi celular vibró: «Hola. Te comunico que mañana vamos a tener una reunión extraordinaria en la oficina a las 12am. Favor confirmarme la correcta recepción de esta importante comunicación. No presentarte al trabajo en horario habitual. Saludos». Me paralicé.
A las 12:30 de hoy fuimos 30 despedidos temporales entre fotógrafos y vendedores del hotel.Vacaciones obligadas, sin pago, sin tiempo determinado, solo con la promesa de tener asegurado el trabajo cuando el fantasma Covid 19 comience a ser solo un recuerdo. Entendí que el mundo si se puede detener. No el planeta tierra, no nuestros latidos, sino el mundo capitalista en el que nos acostumbraron a vivir.
Re también fue despedido, así como millones de personas en el mundo. «Todavía tengo mi trabajo como diseñadora freelance, también se ralentizó pero aún chapucea» balbuceé con pavor. Llegamos a la casa a hacer una lista de dinero en las tarjetas, en efectivo, en dólares, en los marranos, en sobres escondidos, volteamos los pantalones para que salieran todas las monedas e hicimos cuentas. Al menos tenemos dinero para vivir dos meses en cuarentena.
Fuimos al supermercado. Las estanterías de arroz, lentejas y pasta estaban casi vacías. No quisimos hacer compras de pánico, pero al final llenamos la nevera para un mes. Después de organizarnos y sentirnos preparados para lo que viene, salimos a tomar un café con amigas también despedidas. Necesitábamos hablar, desahogarnos, repetir diez veces que esto es surreal, pellizcarnos para sentirnos vivas en medio de la ensoñación.
Ya hice una lista de cosas por hacer, la diferencia con las anteriores listas es que esta no está llena de propósitos ni de obligaciones, es una forma de enfocarme y de no entrar en pánico, de no sentir que soy Will Smith – ¿entienden?- para los que no, vean en esta cuarentena Soy Leyenda… o mejor no, si sufren de ansiedad, pánico, depresión o angustia, eviten las películas apocalípticas, sería como la estupidez de ver Alerta Aeropuerto un día antes de tomar un avión.
Nosotros ya empezamos la cuarentena en casa, no hay trabajo al cual acudir, no hay dinero para gastar. México no está en cuarentena. México no está haciendo un carajo. México es el adolescente pendejo que cree que siendo pendejo se ve «chingón» como el Renegado. Acá no está pasando nada cuando está pasa todo, me siento como en una burbuja que está a punto de explotar. #mequedoencasa
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Idea #1 para no enloquecer en esta cuarentena:
Esta página ha sido mi salvación contra el aburrimiento y me ha ayudado a reactivar la creatividad en otras ocasiones: Domestika (nada de lo que comparta en estos posteos de #MeQuedoEnCasa es publicidad, lo comparto por puras ganas de darles opciones para que no les gane la ansiedad)
En esta web van a encontrar cursos online a precios super pagables para esta época de recesión. Hay de fotografía, de marketing en redes, de ilustración, de dibujo, de acuarela… de lo que quieran. Son dinámicos, divertidos y para la mayoría no necesitan invertir dinero.
4 comentarios en “Día 1. Me Quedo en Casa”
Hola Natalia.
La verdad es que es una situación totalmente surrealista. Quien nos iba a decir hace unos meses que estaríamos así a día de hoy.
Pero bueno, nunca hay que desconectarse de uno mismo, y estos momentos, si son buenos para algo, es para la reflexión. De lo que hacemos a diario, de lo que queremos hacer en la vida en general, de nuestra responsabilidad con la tierra y con el planeta…
Sólo me queda mandarte fuerza y ánimo. Que esto se solucione lo antes posible.
Y un abrazo grande que, en algún momento, nos daremos en persona.
Hola David.
Creo que si nos hubieran dicho hace unos meses que esto sucedería, no lo hubiéramos creído. Como bien lo dices es una experiencia para reflexionar y para agradecer. Estamos acostumbrados a tener, no nos damos cuenta del privilegio de poder salir a la calle, de respirar tranquilos, hasta de poder abrazarnos!!
Después de esta experiencia para muchos cambiará la manera de ver la vida.
Saludos!!
Natiiii! Te mandamos un abrazo bien bien fuerte desde Budapest, Hungría. Acá las cosas parecen funcionar de la misma manera y la verdad es que estamos esperando que alguien se ponga los pantalones y empiece a exigir la cuarentena absoluta para evitar que esto se ponga peor. Nosotros por lo pronto nos “autoacuarentamos” y estamos en casa desde hace una semana ya. Habrá que ser pacientes, aceptar que hay muchas cosas que lamentablemente no podemos controlar, pensar mucho (pero lo suficiente) y ser creativos para adaptarnos, como tantas otras veces y quizás con menos recursos, tuvimos que hacerlo. Mucha fuerza Nati. ❤️
Hola Vero!!! qué bueno que están guardados, nosotros también, solo salimos para lo necesario. Es difícil pensar a futuro, creo que es de las cosas que más angustia, porque no tenemos ni idea hasta cuándo vaya a parar. Sin embargo, si pensamos en presente y le echamos todas las ganas y la buena onda, seguro salimos de esta unidos como humanidad. Un abrazo enorme de México!!!