El viaje a Caye Caulker en Belice surgió espontáneamente, mi tiempo en México como turista estaba a punto de finalizar y necesitaba salir para renovar el permiso de estadía.
Estaba angustiada, aunque Belice sonaba paradisiaco, volver a entrar a México era un desafío al que no quería volverme a enfrentar. En más de una ocasión la migración mexicana me ha hecho la vida imposible. Es una historia que se repite una y otra vez conmigo y con cientos de personas. Si no conocen esa historia de cómo no me dejaron entrar a México y me retuvieron en el aeropuerto de Ciudad de México en un celda, como si algo hubiese hecho, la pueden leer aquí: A México no entras
Salí desde Playa del Carmen tan temprano como pude. La idea era tomar transporte hasta Felipe Carrillo Puerto, un municipio al sur del estado de Quintana Roo, y encontrarme con amigas para hacer la travesía hasta Belice.
El viaje duró cuatro horas. La Carretera Federal que empieza en Chetumal, frontera con Belice, y termina en Cancún, es pesada de transitar. Se debe ir bien despierto y con los sentidos alerta, pues el paisaje no cambia en más de 300 km, es una vía amplia, recta y bordeada de la selva maya.
Desde Felipe Carrillo tomamos otro bus a Chetumal. Allí, cambiamos pesos mexicanos por dólares beliceños y tomamos un chicken bus más en el que atravesamos la frontera hasta llegar en la noche a Belice City. Más de 14 horas de viaje desde Playa del Carmen. Con suerte, soy amante de la carretera, prefiero pasar 14 horas en un bus viendo el paisaje y escuchando música, que el mismo tiempo sentada en un avión.
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Belice City
Solo estuvimos una noche en la ciudad. Por recomendaciones de viajeros y de los propios beliceños, Belice City no es una ciudad para quedarse ni para hacer turismo, es de paso, para dormir y seguir. Las pocas horas que estuvimos allí caminamos cerca del hotel y comimos en un restaurante de comida china que jamás faltan en cualquier lugar del mundo – al menos en los países donde he estado -.
Lo poco que conocí se me hizo muy similar a la isla de San Andrés en Colombia, y no es para menos, gran parte de las islas caribeñas o de lugares situados en el Caribe centroamericano fueron o siguen siendo colonia inglesa. Ya no es el caso de Belice ni de San Andrés, pero si se ve en el idioma, en las costumbras y en la arquitectura. Allí hablan creol e inglés y algunas pocas personas también hablan español, especialmente cerca de la fronteras.
Este fue mi primer viaje a un país donde no hablaban español, técnicamente el primero había sido a Brasil, pero allí solo pasé la frontera para entrar a las Cataratas de Iguazú y me devolví a Argentina, así que la experiencia fue corta y no tan significativa.
A la mañana siguiente tomamos un ferry desde Belice City hacia Caye Caulker, sobre el bellísimo mar Caribe.
Caye Caulker, pequeño paraíso
Desembarcamos después de 45 minutos de navegación, que parecieron menos por la música antillana en vivo que amenizó el recorrido. Al bajar del taxi acuático, como llaman a estas embarcaciones, me encontré con un pequeño paraíso en el Caribe. Caye Caulker es «go slow» en español: «ve despacio», así como en Costa Rica todo es Pura Vida, esta isla tienen su propio lema y está escrito hasta en las paredes de los baños. Al menos, si no es esta frase, siempre hay mensajes positivos por leer en casi cualquier lugar.
Y a decir verdad, es bastante sencillo ir despacio y tomarse la vida con calma, viviendo en una pequeña isla de mar turquesa y cristalino, arrecifes de coral, calles pequeñas de terracería, deportes acuáticos, música afroantillana, buena comida y gente sonriente. Así es, con esta lista he esbozado a Caye Caulker.
Allí los días pasan lentos, no hay necesidad de correr, de ir a un lado a otro ni de buscar planes por hacer. La idea es relajarse, caminar por el pueblo, tomarse algunos cocteles en alguno de los bares rústicos y al aire libre, y comer fry jacks que son panes fritos rellenos, lo único que pude comer de plato típico en Caye Caulker, pues al ser vegetariana comúnmente me pierdo las delicias gastronómicas típicas de cada país.
Nos hospedamos en el tapanco de un hostal con vista al mar. En Caye Caulker no hay playas inmensas de arena blanca como en la Riviera Maya, pero si hay miradores para contemplar la naturaleza y espacios para saltar al agua cristalina, o para hacer kayak, snorkel y paddle board. Podría decirse que es un lugar ideal para tomar vacaciones y desconectarse de las prisas del mundo exterior.
¿Qué hacer en Caye Caulker?
Comer
Lo maravilloso de estos lugares tan pequeños es que los restaurantes son generalmente de personas locales, y por tanto, venden comida típica, casera y económica. Aunque no comía mucho más que fry jack, también me deleité con el arroz con frijoles que hacía mucho tiempo no probaba, no al menos con ese sabor tan especial de centroamérica. En Costa Rica lo llaman gallo pinto, en Cuba arroz congrí y en Belice rice and beans, aunque en cada país tienen su secreto para prepararlo, la esencia es la misma y el sabor es inconfundible.
Además de las opciones beliceñas basadas especialmente en pollo y frutos del mar, en Caye Caulker hay restaurantes de comida internacional, también pequeños y de dueños extranjeros que que se quedaron a vivir en ese paraíso beliceño. Así que, por comida no hay que preocuparse, que hay para todos los gustos y de diferentes precios. Incluso, hay un salvadoreño muy famoso en la isla que vende las deliciosas pupusas salvadoreñas, cada vez que pienso en el Pulgarcito de América viene a mi mente gente hermosa y su espectacular gastronomía.
Tours y deportes acuáticos
Nosotras hicimos kayak. El mar allí es perfecto para esta aventura, pues se mantiene calmo, es transparente y aunque a veces es necesario luchar contra el viento para no andar a la deriva, es una experiencia casi meditativa o, si viajas con Isa de Guía para Mochileros como lo hice yo, es una experiencia para morirse de la risa.
También es posible aprender a hacer windsurf, navegar hacia otros cayos, tomar un tour para nadar con rayas y tiburones (justamente en el blog de Isa encuentras más información), hacer un tour de snorkel hacia la barrera de arrefice, o incluso, si hay tiempo, dinero y ganas, se puede tomar un tour de buceo hacia Blue Hole, el cenote más grande del mundo, o para sobrevolarlo.
Alquilar una bici o hacer una caminata
Estos dos son mis planes preferidos en cualquier lugar a donde voy. Son económicos, al propio ritmo y se puede conocer mucho más que tomando un tour. Lo ideal es ser una persona muy curiosa atreverse a entrar, a comer, a tomar, a hablar y a conocer sin necesidad de un guía.
Ir a San Pedro
Es la isla más grande de Belice, muy diferente a Caye Caulker. No fui, por la premura que tenía de regresar a México, pero dicen que está llena de edificios modernos, fiesta y playas amplias.
En lo personal, prefiero siempre la tranquilidad de un lugar como Caye Caulker, pero Belice tiene espacios para todos los gustos.
¿Cómo llegar?
Es posible entrar a Belice por aire, mar o tierra. El aeropuerto internacional del país se encuentra en Belice City, puedes llegar directamente allí y después tomar la embarcación hacia Caye Caulker.
Para llegar por tierra es posible hacerlo desde el estado de Quintana Roo en México o desde Flores en Guatemala. El punto de llegada siempre es Belice City y desde allí se parte a Cake Caulker navegando.
Si la idea es no pasar por Belice City, la única posibilidad es llegar en barco a la isla de San Pedro desde Chetumal en la frontera México – Belice, pero no es un transporte económico, está alrededor de los 70 usd. Luego, desde San Pedro, salen taxis acuáticos o «watertaxis» hacia Caye Caulker.
Viajar seguro por Belice
Siempre recomiendo llevar un seguro de viaje a cualquier lugar del mundo, especialmente a países donde la calidad del servicio de salud no es tan óptimo. Incluso si lo fuera, cualquier revisión médica puede costar un dineral mucho más alto que el del mismo viaje.
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