Día 14 de escritura – Día 37 de confinamiento
Me adelanté en el tiempo. Al día 37 de cuarentena voluntaria, el gobierno mexicano soltó una bomba: “hemos entrado en la fase 3 de la epidemia, lo que quiere decir que los contagios se empezarán a contar por miles y no por cientos”. La fase 3 significa mucho más para los epidemiólogos, pero yo lo expreso escuetamente a modo de resumen para los que no hablamos lenguaje científico.
Es más, lo traduciré de una manera más coloquial: estamos en fase 3, ahora sí #quedateencasa que ni la estampita de la Virgen de Guadalupe te salva.
Con esta nueva etapa llegó el llamado a extremar a medias las medidas de distanciamiento social – extremar a medias suena a paradoja, pero así es – Para ponerlos en contexto, hay más de 11.000 contagiados contados, solo en tres estados del país la cuarentena es obligatoria. Los aeropuertos y algunos negocios no indispensables están abiertos, hasta esta semana se empezó a disminuir el transporte público en ciudades superpobladas como México. En general, están tratando de llevar una vida medianamente normal con el fin de mitigar el impacto económico. Para ser sincera, no lo entiendo, solo logro vislumbrar medias tintas que no logran salvaguardar a los ciudadanos de la pobreza, ni al sistema de salud de la hecatombe.
Inmersa entre la incredulidad y la ironía, al ver la noticia le pregunté al aire: ¿esto es en serio? Entre los nuevos hábitos de cuarentena adquirí esta muletilla. Cuando pienso en cómo parar de decirla lo veo imposible, pues tengo episodios existenciales que me hacen dudar sobre la veracidad de cualquier hecho. Es entendible, ¿o no?, estamos viviendo en medio de un thriller psicológico, algo así como Mulholland Drive, una película que nadie entiende y que, disculpen los snobs del cine, siempre recomiendo no verla. No es que sea mala, es que es pesada e indescifrable como esta pandemia.
La noticia me descolocó porque sentí que regresé al día cero. Lo que hasta ahora están pidiendo masivamente, es algo que ya llevo haciendo 37 días voluntariamente. En mi idea desesperada porque esto termine, estos 37 días los estaba contando como cuarentena de país, ¡pero no!, solo contaban como cuarentena personal. El conteo de encierro en México comienza formalmente hasta ahora.
En mi casa el confinamiento comenzó paulatinamente y estuvo regido por dos momentos. El primero, cuando Colombia cerró las fronteras y la aerolínea en la que viajaría me envió un voucher por el costo del tiquete que iba a utilizar diez días después. El segundo, cuando un cubetazo de agua helada nos cayó encima y mi pareja y yo perdimos el trabajo el mismo día. Para esos días de marzo pensé que esto acabaría en mayo, como si a todos nos estuviera pasando lo mismo al tiempo y las decisiones fueran unánimes. Ahora, que la información en el país está siendo más clara y el llamado a la conciencia social más fuerte, creo que volveré a salir hasta el próximo otoño en septiembre.
Con todo este conteo y el estado mental debilitado, me parece un chiste que yo lleve aquí tanto tiempo, tomando medidas que han sugerido gobiernos extranjeros para evitar contagios, y que solo hasta hoy, salga un encorbatado a decirle a 120 millones de mexicanos y a los que no lo somos pero que aquí vivimos, que ahora sí se tomen la pandemia más en serio. El primer escrito de esta serie se llamó Vivo en una Burbuja Letal, 37 días después, parece que ya estalló y el gobierno reaccionó.
Estoy en la etapa de enojo. ¿Por cuántas etapas han pasado? No solo peleo con el encorbatado, también me parecen un chiste los titulares en internet que intentan alertar acerca de la debacle económica del mundo, o de las cifras ascendentes de millones de desempleados pidiendo auxilio, o de las hambrunas venideras para los más vulnerables, todo, como noticia de última hora. “¿Es en serio?, ¡no me había dado cuenta, cabrón!”, le grito a quien quiera que la haya publicado.
Esta rabia es consecuencia de sentir que volví a empezar el conteo de palitos como cuentan que hacen los presos, con la diferencia que ellos cuentan hacia atrás y yo hacia adelante sin saber cuándo va a terminar. El día cero significa el instante en el que todo se vuelve real para cada cual, no es que no lo sea en otros días, es que todos tenemos un momento en el que nos abofetean y entendemos que esto también nos toca a nosotros.
Ahora la burbuja letal ya no se refiere solo a México, mi burbuja personal también está a punto de explotar. Estoy enojada, sutil palabra para el verdadero sentimiento.
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Lee aquí otro post de esta serie: Día 13. No pienso volver a la normalidad
2 comentarios en “Día 14 De regreso al día cero”
Pienso igual que tu
Soy mexicana pero por ahora vivo en Japón y la verdad igual para mi comenzó desde febrero y en marzo formalmente deje de hacer TODAS mis actividades trabajo gym etc la primera forzada la segunda por voluntad, pensando que en Abril estaría todo mejor pero sorpresa todo empeoró y después de la cancelación de los juegos casualmente se dispararon los casos y ahora si por fin se entramos en emergencia nacional, me enoje , llore pase por eso , también de ver que aquí de las YouTubers blogs no dicen nada o bueno en ese entonces ni siquiera mencionar la pandemia aquí el país de la felicidad (sarcasmo) no sabía q pensar si pase dos meces en “vano” encerrada y ahora si, no se todo es muy confuso también aquí se perdieron muchos empleos y aun que las condiciones del país son diferentes a las de mexico también se siente difícil todo esto … :/ ánimo un abrazo a la distancia !! Me encanto leerte gracias por compartir
Hola Paola, cómo estás?
Hasta que leí tu comentario pensaba que en Japón la estaban llevando bien con el virus y que al ser un país tan evolucionado no les iba a ir mal.
Lamento leer que independientemente del lugar donde vivamos todo va de para abajo.
Ese sentimiento que tuviste fue exactamente el que yo sentí. Hace unos días el presidente de México le pidió a la gente que ahorrara todo lo que tuviera para sobrevivir, porque se venía una gran crisis económica. Puede que lo haya querido decir con toda la buena intención, pero a estas alturas en que yo ya llevo 2 meses sin poder trabajar y encerrada, en que justo el día que me echaron hicimos cuentas con mi pareja y estamos sobreviviendo con la idea lejana de que esto terminara en junio, pues da mucha rabia. Es como si uno ya estuviera haciendo todo en vano y a los gobernantes se les ocurriera hasta ahorita que esto es en serio.
En fin, espero que podamos salir pronto de esto y que tu y tu familia en México estén bien.
Te mando un gran abrazo!